Un taller de escritura, es un poco más que un simple curso en el que se va aprender literatura, un taller de escritura es más ambicioso que eso y se dirige a todas aquellas personas interesadas en la creación literaria y que están despiertas y expectantes ante algo que puede expresarse de muchas maneras y tan fuerte, que el desorden emocional que ese impulso provoca los deja inválidos ante las emergencias de la forma del instrumento, que es la palabra, o de las mil formas del instrumento.
El aprendizaje de la escritura es un trabajo a largo plazo que requiere disciplina, paciencia y una reflexión permanente sobre los más diversos aspectos que involucra el objetivo final: Un texto que refleja exactamente lo que buscábamos antes de empezar, la satisfacción de un impulso al que no podíamos colocarle nombre.
Atento a que los mecanismos que permiten expresar en palabras los enconos de la imaginación no parecen sencillos, adquirir técnicas narrativas no tiene por qué ser tedioso, ni tiene por qué ser un camino solitario.
Adquirir las técnicas narrativas más elaboradas no tiene por qué llevar años ni tiene por qué ser un acto secreto.
Un taller de escritura abarca todos los temas que un narrador debe y puede o puede y no debe, o no puede y debe, poner en práctica para el pleno dominio de su oficio.
De un taller de escritura, pueden participar tanto personas sin experiencia previa como personas con una enraizada costumbre de escribir.
Los objetivos y la metodología de esta actividad no tienen por qué estructurarse en el sentido formal que se tiene de estudiar literatura. En un taller los ejes y los enfoques se construyen con sus integrantes.
Por un lado se puede trabajar la creación literaria a través de pautas, recursos, estímulos y propuestas muy diversas, centradas tanto en los aspectos técnicos y estilísticos de la escritura como en el desarrollo de la capacidad de contar, de imaginar, de fabular, sin olvidarnos nunca de que escribir, más allá de redactar correctamente, es hacer pensamiento, poesía, historia, creación; en definitiva, reinventar el mundo y tener el poder de reinventárselo a los lectores a través de las palabras.
Los talleres literarios constituyen un importante espacio de reflexión literaria y es una evolución de lo que antes se hacía en los cafés por los escritores que nos precedieron, es el espacio para desplegar las ideas y desarrollar el talento literario, es una actividad que se puede realizar en un ambiente grato con colegas con la misma problemática.
Es por eso que todo escritor, sea conocido o no, de alguna manera o como Coordinador o como asistente, asesor, colaborador, está relacionado con un taller en el cual puede encontrar a sus pares.
El aprendizaje de la escritura es un trabajo a largo plazo que requiere disciplina, paciencia y una reflexión permanente sobre los más diversos aspectos que involucra el objetivo final: Un texto que refleja exactamente lo que buscábamos antes de empezar, la satisfacción de un impulso al que no podíamos colocarle nombre.
Atento a que los mecanismos que permiten expresar en palabras los enconos de la imaginación no parecen sencillos, adquirir técnicas narrativas no tiene por qué ser tedioso, ni tiene por qué ser un camino solitario.
Adquirir las técnicas narrativas más elaboradas no tiene por qué llevar años ni tiene por qué ser un acto secreto.
Un taller de escritura abarca todos los temas que un narrador debe y puede o puede y no debe, o no puede y debe, poner en práctica para el pleno dominio de su oficio.
De un taller de escritura, pueden participar tanto personas sin experiencia previa como personas con una enraizada costumbre de escribir.
Los objetivos y la metodología de esta actividad no tienen por qué estructurarse en el sentido formal que se tiene de estudiar literatura. En un taller los ejes y los enfoques se construyen con sus integrantes.
Por un lado se puede trabajar la creación literaria a través de pautas, recursos, estímulos y propuestas muy diversas, centradas tanto en los aspectos técnicos y estilísticos de la escritura como en el desarrollo de la capacidad de contar, de imaginar, de fabular, sin olvidarnos nunca de que escribir, más allá de redactar correctamente, es hacer pensamiento, poesía, historia, creación; en definitiva, reinventar el mundo y tener el poder de reinventárselo a los lectores a través de las palabras.
Los talleres literarios constituyen un importante espacio de reflexión literaria y es una evolución de lo que antes se hacía en los cafés por los escritores que nos precedieron, es el espacio para desplegar las ideas y desarrollar el talento literario, es una actividad que se puede realizar en un ambiente grato con colegas con la misma problemática.
Es por eso que todo escritor, sea conocido o no, de alguna manera o como Coordinador o como asistente, asesor, colaborador, está relacionado con un taller en el cual puede encontrar a sus pares.
Blog de taller de escritura y literario de Hugo Cella
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